No sé pelear, duré dos meses en Aikido cuando tenía 10 años, no fui al ejército ni a ninguna fuerza armada, soy un borracho esporádico y tranquilo, tranquilo en general de la vida aunque por cosas de la vida misma tengo una marca que parece de guerra. Tal vez a esa marca le debo ser zurdo y tal vez por zurdo soy dibujante. No sé. Lo que sí sé, es que por dibujante, y por regalo de la vida, pude aportar garabatos a lo que hace dos años era el trabajo de grado de Vanessa y que hoy es un libro publicado por Editorial Ibañez.
El encargo de estos dibujos llegó en pandemia y con afectos de por medio que hacían difícil decir que no. Entiendo más de ingeniería de viajes en el tiempo que de temas jurídicos o legales. Pero me senté lo más atento que pude a leer el texto de Vanessa con la intención de pensarlo en dibujos, proceso que resultó edificante y placentero por la amabilidad y sencillez de su escritura.
A continuación algunos recortes:
Agradezco y celebro:
A las investigadoras e investigadores de todos los niveles que convocan a dibujantes para pensar sus trabajos de manera transdisciplinar y sensible.
A estudiantes y profesionales que se atreven a crear y pensar en los puntos de la cotidianidad hacia los que pocos miran.
A quienes les ayudan y alientan a hacerlo.
A Vanessa.
A mis marcas y a la vida que me permite combatir con el papel.
IG: @vamosuashis
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